Álgebra

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Alexis se sentía incómodo entre la gente corriente. "Lo vulgar y feo se pega"- pensaba con frecuencia. Su mente, había sido dotada con una sensibilidad especial, su cuerpo... mejor olvidarlo.
¡SÍ!, se encontraba en este mundo para codearse con el glamour, la elegancia y la sofisticación. Se sentía como un Félix Rodríguez de la Fuente jugando con los lobos, analizando el porqué de su atractivo.
El único problema residía en que la vida corría demasiado rápido; los años pasaban sin que el gimnasio arreglase aquel cuerpo tan ordinario. Además, también estaban las contínuas llamadas de su familia, recordándole su pasado, repleto de olores a fritanga y ajo. "¡Cuánta razón tenía Victoria!"
Pero esto se iba a acabar.
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